Con La Farga, comenzamos con una reflexión interna profunda acerca de la razón de ser de la empresa, sus creencias y aspiraciones, y su proyección a futuro. Este proceso culminó en la definición de los elementos identitarios que definen el ADN corporativo de la empresa: su propósito y relato, sus principios rectores, el manifiesto y el lema. Este conjunto de elementos es una guía de donde deriva el diseño de la estrategia corporativa.
Complementamos este trabajo con un análisis exhaustivo de los agentes de mercado de referencia: la competencia, la clientela, el sector financiero y las empresas proveedoras, para profundizar en las tendencias del sector. A partir de aquí, se identificaron las áreas más relevantes en las que la empresa debería focalizar sus esfuerzos y sus oportunidades de posicionamiento. Luego nos embarcamos en un diagnóstico del nivel de madurez de la empresa en cada una de las áreas identificadas, en base a diferentes estándares, generales y sectoriales, así como buenas prácticas de referencia.
En esta etapa, trabajamos directamente con los equipos y las personas que están en el día a día de la empresa, a través de sesiones de trabajo, con el objetivo de identificar aquellos espacios de mejora a trabajar, que se plasmaron en una serie de recomendaciones, para incorporar en el plan estratégico preexistente.
Finalmente, con el Análisis de Materialidad obtuvimos la perspectiva de los grupos de interés, tanto externos como internos, lo que acabó de estructurar la Estrategia de Sostenibilidad Corporativa, incluyendo ejes, retos, objetivos y acciones concretas y priorizadas. Acompañamos también a La Farga en la presentación de esta nueva estrategia en su Informe de Sostenibilidad de 2022, dándole un marco y una estructura a todo lo que la empresa viene trabajando hace muchos años.